Desafío total cumple 30 años, un peliculón firmado por el siempre efectivo, provocador e imaginativo Paul Verhoeven (Robocop, Starship Troopers) y protagonizada por un estelar Arnold Schwarzenegger, en un papel hecho a su medida.

Basada en el relato de Philip K. Dick «We can remember it for you wholesale» de 1966, que viene a ser, «Podemos recordarlo todo por usted al por mayor», Desafío Total, estuvo en desarrollo una década hasta que encontró un protagonista a su altura.

Philip K. Dick se convirtió en otro referente para sacar ideas de gran calidad que llevar a la gran pantalla, recordemos la descomunal Blade Runner de Ridley Scott, con lo cual no era de extrañar que muchos de sus relatos cortos llegarían tarde o temprano adaptados al cine.

Una vez encontrado el protagonista, el propio Arnold se encargó de contactar al director, Paul Verhoeven, que venía de filmar una excelente y explosiva Robocop, y a Sharon Stone, para que se hiciera carga del papel de la mujer de Arnold en la película.

Desafío Total. Camiseta Arnold.

Entre el sueño y la realidad

La película juega con la mente de los espectadores en todo momento. ¿Estoy en un sueño? ¿Es la realidad? Todo ello gracias al excelente guión firmado por Dan O’Bannon, Ronald Shushet y Gary Goldman, los dos primeros encargados entre otros de firmar la saga Alien.

Un guión, que estuvo en manos de Shusett desde que adquirió los derechos para su adaptación en 1974, pasando por múltiples productoras y sucesivas bancarrotas de las mismas. Fue adaptado para las mentes de productores como Dino de Laurentiis, pasando por directores como David Cronenberg o Bruce Beresford.

Protagonistas también hubieron unos cuantos, destacando a Richard Dreyfuss o Patrick Swayze, hasta que la historia llegó en manos de Arnold Schwarzenegger, el cual, en 1989, decidió adquirir los derechos para realizar la película, siendo producida por Carolco y rodada en los estudios de México DF.

Para aquel momento, el guión se había alejado de la historia original convirtiendo al producto en una aventura interplanetaria llena de acción y aventura. Decimos alejado por que en el libreto de Dick hay más idea que aventura, mientras que en el guión se busca un equilibrio entre la idea original y un cine de entretenimiento.

Quiero ir a Marte

Año 2084. Douglas Quaid (Arnold Schwarzenegger), un trabajador de la construcción, tiene un sueño recurrente sobre su muerte en Marte. Lleva una vida aburrida y anhela escapar de la rutina, así que visita un centro de implantes de memoria denominado Total Rekall.

Douglas solicita un recuerdo en particular, ser un agente secreto en Marte, el Planeta Rojo. Durante la sesión de implante algo sale mal, ya que parece que Quaid tiene algunos recuerdos reprimidos anteriormente implantados.

Detectado por su visita al centro de implantes, los agentes de la ley comienzan a perseguirle comandados por Richter (Michael Ironside), incluso su propia mujer (Sharon Stone). Se da cuenta de que no puede fiarse de nadie.

Comienza su apasionante aventura para descubrir la verdad de esos recuerdos ya implantados y discernir quién es realmente. Si es un espía o bien todo forma parte de la experiencia que Total Rekall le ha ofrecido.

Phillip K. Dick aporta el arranque de la película, el resto ya es cosa de Shusett y O’Bannon, que desvían la trama de la novela hacia una aventura espacial que llevará a nuestro protagonista a Marte, persiguiendo su verdadera identidad.

Allí descubre que, probablemente, y bajo las ordenes del gobierno, su verdadera misión fuera luchar contra los rebeldes marcianos, comandados por Kuato y, desengañado, descubre que realmente lo que quería era defenderlos de la ambición del Gobernante del Planeta Rojo, Cohaagen (Ronny Cox).

Desafío Total. Total Rekall.

Desafío Total a la censura…y a la taquilla

La censura de Estados Unidos metió la tijera al metraje del film, sobre todo teniendo ya entre ceja y ceja a Paul Verhoeven, que venía de hacer una muy violenta Robocop, para que se pudiera estrenar en una amplia mayoría de cines, el 1 de Junio de 1990.

A pesar de la censura, la película fue un descomunal éxito de público y taquilla, recaudando unos 350 millones en todo el mundo, lo cual supuso unos beneficios estratosféricos para Arnold, que había apostado por la película haciéndose con los derechos a través de Carolco, productora que se encargaría posteriormente de Terminator 2.

Esa barra libre de la productora al actor, supuso que Arnold tuviera poderes más allá del director, encargándose de contratar a quien quisiese, de hecho pensó en Verhoeven ya que estuvo a punto de ser Robocop, y quería zanjar, de esta manera, su participación bajo las órdenes del director holandés.

La verdad es que Schwarzenegger tuvo mucho ojo a la hora de los fichajes, reuniendo un elenco estupendo para esta obra de culto de la ciencia ficción de los 90, con imágenes imborrables…si, lo sé, la imagen imborrable que tenéis en la mente es esta:

Para imagen imborrable ésta. Luego la censura se hizo cargo de mucho más.

No podemos cerrar este post, sin hacer especial mención de la maravillosa banda sonora que nos regaló el maestro Jerry Goldsmith, cuyo épico tema principal traspasó las fronteras del cine y que sonará a muchos futboleros, como es esa mítica intro que no deja de resonar en nuestra cabeza antes de ver un partido de fútbol.

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