Internet, qué haríamos sin ti, hoy en día no podríamos vivir sin nuestra dosis diaria de memes, artículos graciosos y no tan graciosos, comprar lo que más nos gusta online sin tener que movernos de casa, ver películas y series o contar al mundo lo que sentimos gracias a las redes sociales.
Y si nos quedamos un día sin Internet se arma la del cristo ¡Como le pasó a Enjuto Mojamuto!
Pero no siempre fue así, hasta la llegada de Internet en la década de los 90 y hasta que llegó en plenas facultados de uso generalizado, ya entrados en pleno siglo XXI, vivíamos sin el, y ¡Oye! ¡Tampoco se estaba tan mal!
Nuestra ‘información’ favorita la leíamos en magazines superpunteros como la Tele Indiscreta, La Pronto, La Super Pop o alguna Interviu que se dejaba caer por casa.
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En vez de quedar por las redes sociales quedábamos con los amigos en las recreativas o en el kiosko que llevaba nuestra vecina repleto de chuches para ver como nos pulíamos la paga de la semana.
Si queríamos enterarnos un poco de las vivencias/cotilleos del barrio o la familia, solo bastaban unas sillas en la puerta para estar más informados que un Sálvame Deluxe.
Hablábamos con el novio o la novia por ese maravilloso teléfono fijo, con su correspondiente traducción de tiempo en la factura telefónica para que se enteraran tus padres de que si, tienes novi@.
Cosas impensables hoy en día en el que Internet domina nuestra modo de vida, para bien o para mal, aunque como toda herramienta al servicio de la sociedad, el que sea buena o mala depende del uso que cada uno le de.
Pero nosotros, viejovenes hoy en día, en los 80 y en los 90 no teníamos esa preocupación de estar conectados todo el día. Ya teníamos suficiente conectividad en el colegio, los deberes y nuestros padres.
Eso si, algunas tardes tocaban unas buenas partidas en casa de tu amigo, afortunado poseedor de una de las consolas de moda, NES, Master System o MegaDrive o ver los dibujos mientras meriendas y se carga una de las cintas clásicas del Spectrum de más de media hora para poder jugar un rato.
Cosas con las que te podías entretener sin Internet en aquella época
Aunque ya hemos mencionado unas cuantas maneras de entretenerse anteriormente, las volvemos a enumerar para no dejarnos ninguna, que la memoria ya nos empieza a fallar (cosas de la edad)
Las recreativas
Efectivamente pillar la bici, el bus o un buen paseo hasta el local de recreativas con más máquinas de la zona y fundir las monedas de 25 ptas. (Ojo, si pesetas!)
Además, si no tenían chuches el puesto siempre estaba cerca del de las recreativas. Eso era visión de negocio.
Una tarde de videojuegos (o varias)
Quedamos en casa de Luis para jugar a la MegaDrive, mañana a la de Sergio que tiene la NES, al dia siguiente luego a la de Pepe que tiene la Master System y a la siguiente…¿yo?
Bueno, me apañaba con mi ZX Spectrum +2 de 128k cassete, mi madre el resto para prepararnos la merienda mientras cargaba el juego.
Yo era más de Tente (El Minecraft de la época)
Si no podíamos quedar para los videojuegos siempre teníamos en casa un Tente o un Lego, aunque yo era más de Tente.
El cine. Todo un clásico.
Ir al cine. Un clásico. En esa época si que ibamos mucho al cine, la entrada costaba 100 pesetas, 0,60 centimos de euro la entrada, habían 3 cines pues mínimo caía un par de visitas a la sala. Genial por que me encantaba el cine de los 80 y de los 90.
El Videoclub. Toda una religión.
Videoclub. Toda una religión en nuestros días. Ir al videoclub los viernes era como ir a misa a los Domingos, aunque yo tuve suerte de no pisar la iglesia mucho. Estanterías repletas de títulos VHS, algún hueco para los BETA y, evidentemente el boom del DVD después.
Elegir una buena película recomendada por el maestro del videoclub + preparar unas buenas palomitas + sofa + manta= planazo.
Leer. A ser posible Comics.
Leer. Pues si, no quedaba otra, comics en mi caso, Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, 13 Rue del Percebe, Asterix y aún los conservo.
Un poco de deporte.
Mayoritariamente pachangas de fútbol improvisadas por el que bajaba de casa con el balón de turno y campo de tierra más próximo. Cuatro latas para formar las porterías (si no había porterias) y los equipos formados por todos los que pasaban y se querían apuntar, eso era integración social.
*El resto de actividades que recordéis lo podéis dejar en comentarios, que quiero leer vuestras anécdotas 😉
Como veis algunos viejovenes como nosotros pudimos vivir sin Internet, y parte de esas vivencias y recuerdos crearon Fanisetas. Si te has quedado tan nostálgico como nosotros escribiendo el post, déjanos parte de tu nostalgia en nuestros comentarios.
Por cierto, os dejamos un cupón descuento para celebrar la semana de Interneeeer -> Cupón INTERNET 15% de descuento y unas cuantas secciones que deberías visitar en Fanisetas:
Nos leemos en el siguiente post!