Drácula: «El año 1462, Constantinopla ha caído. Los turcos musulmanes invadieron Europa con una inmensa fuerza y atacaron Rumania, amenazando al mundo cristiano. De Transilvania, surgió un caballero rumano de la «Orden Del Dragón» conocido como Draculea.»
Capitaneada por el genial Francis Ford Coppola (Apocalypse Now, El Padrino), y con un plantel de estrellas de primer orden, la adaptación de la novela de Bram Stoker de 1992 es, sin duda alguna, la mejor de todas.
Posiblemente, la introducción de la película, sea una de las más grandes que se haya filmado jamás. Coppola renunció al uso del CGI en toda la película, optando solo por la utilización de métodos artesanales.
Coppola reunió para esta película a nada más y nada menos que a estrellas de la talla de Keanu Reeves, Winona Ryder, Gary Oldman o sir Anthony Hopkins, dejándonos una película para el recuerdo.
Con un presupuesto cercano a los 40 millones y con una recaudación global de unos 215 millones, la película nos presentaría los acontecimientos sucedidos a raíz de la invitación de Jonathan Harker (Keanu Reeves) para visitar al Conde Drácula (Gary Oldman) en su castillo de Transilvania en 1890.
Un encuentro en principio fortuito para comprar una serie de propiedades en Londres en el que, el destino, hace que se cruce con la viva imagen de su querida y amada Elisabetha en la prometida de Harker, Mina (Winona Ryder).
La adaptación de Coppola consiguió 3 de los 4 Óscar a los que optaba, Mejor Maquillaje, Montaje De sonido y Diseño de Vestuario, siendo la ganadora a Mejor Película ese año para «Sin Perdón» del gran Clint Eastwood.
Construyendo el mito de Drácula
Toda película de culto tiene una historia detrás y, en el caso de la que nos ocupa, muchas anécdotas que se merecen saber y compartir.
Winona Ryder, con tan solo 19 años, era la actriz del momento, gracias a trabajos como «Bitelchús» o «Eduardo Manostijeras». Gracias a ello recibió una cantidad ingente de guiones para sus nuevos proyectos.
El que más le llamó la atención fue uno, el de James V. Hart con su adaptación de «Drácula» de Bram Stoker. Se alejaba totalmente de la teatralidad de otras adaptaciones conviertiéndo la historia en algo más dinámico de ver para el espectador.
La actriz, que estuvo a punto de aparece en la tercera parte de «El Padrino» de Coppola, como Mary Corleone (lo interpretó Sofia Coppola), decidió saldarse esa deuda para, al fin, poder trabajar con el director.
Columbia Pictures estuvo encantado de su decisión y la de tener tanto a Coppola como a Winona en el barco. Además, la actriz propuso la gran mayoría de nombres para el casting.
El casting
Tal como comentabamos, Winona selecciono un casting al que Coppola no puso ningún pero, Anthony Hopkins como Van Helsing, Gary Oldman como Drácula, Keanu Reeves como Jonathan Harker y Richard E. Grant como el Dr. Jack Seward.
Pero, antes de dar el visto bueno, la productora también barajó otros nombres, y qué nombres, para Drácula: Antonio Banderas, Gabriel Byrne, Andy García o Vigo Mortensen. Además de una lista que no se sabe si llegaron a contactar donde figuraba un tal Daniel Day-Lewis.
El fichaje de Keanu, después de colaborar con River Phoenix en «Mi Idaho Privado» era el gancho perfecto para atraer a las más jóvenes al cine, cosa que indudablemente funcionó.
Para Van Helsing, se llegó a ofrecer el papel a otro grande, Liam Neeson, pero, al saber que también se había ofrecido el mismo papel a Hopkins, se retiró de forma caballerosa para permitir que Sir Anthony obtuviera el papel, dado el respeto que le profesaba.
Buscando inspiración para Drácula
Además de la obra de Stoker, Coppola, buscó varios elementos para dar con el tono visual y narrativo para la película, como el «Nosferatu» de Murnau, o al Drácula de Bela Lugosi de 1931, con la célebre frase «Yo nunca bebo vino» que aparece literalmente en la película.
El imaginario de Murnau sirvió de base para muchos de los escenarios de la película. También se basó en la «La Bella y la Bestia» de Jean Cocteau, estrenada en 1946. Otra de sus fuentes de inspiración fue la obra del artista austriaco Gustav Klimt.
Curiosidades de la producción
Una de las curiosidades que, recientemente salieron a la luz, es que el matrimonio, supuestamente ficticio, entre Keanu Reeves y Winona Ryder, interpretando sus respectivos papeles, lo ofició un religioso de verdad de la iglesia ortodoxa griega.
Con la intención de dar el máximo realismo a la escena en la que Harker y Mina se casan, su director trajo a la Iglesia Ortodoxa Griega de Los Ángeles al set con un verdadero pastor ortodexo en el oficio de la boda, así que, legalmente, son matrimonio.
Para el rol de Lucy Westenra, se quiso contar con Juliette Lewis, otra de las actrices en alza de la época pero finalmente Coppola contactó con Sadie Frost, la cual se tiño de pelirroja ya que su aspecto físico se parecía al de Winona Ryder.
Las novias de Drácula llevaron más de un quebradero de cabeza al set ya que Coppola las quería desnudas para potenciar la sexualidad de las escenas donde aparecen…pero nadie se atrevía a decirles que se desnudaran, ni el director ni su hijo Roman que es al que le cayó el muerto de decirles lo que tenían que hacer.
De las tres novias, la actriz más conocida hoy en día es el de Monica Belucci. Si, la actriz italiana interpretaba a una de las tres novias de Drácula.
El traje de Lucy cadaver, le valio el Oscar a la japonesa Eiko Ishioka, cuyas creaciones para la película dieron la vuelta al mundo. Tanto es así que acabaron siendo expuestas en el MoMA de Nueva York.
